Y te amo tanto que quisiera dejar mi orgullo, tomar el teléfono y decirte: que te quedes conmigo por siempre, así no exista un por siempre
Te amo por la conexión que me brindaste desde que nos conocimos aquella noche, que entrando en un enredo de palabras, nos dábamos cuenta que teníamos muchos gustos en común.
En ese momento pensaba:
Es una persona que nunca había logrado conocer en mis 31 años.
Me agradaba haberte conocido y las conversaciones tan profundas que tuvimos.
Recuerdo haber tocado tu piel, tus manos, tu cuerpo muy caliente mientras dormíamos y también recuerdo aquella intención de madrugar que nunca ocurrió.
Despertamos esa mañana entre las mismas sábanas y con un calor muy fuerte de sentirnos un poco más, y así sucedió sin tanto cuidado y solo vibrando.
Caminamos hacia el restaurante, tomando esa taza de café y el desayuno juntos, tu pensando en cuantos comentarios saldrán a raíz de vernos juntos, pero a mi como siempre, no me importaba nada, solo vivir el momento.
Empezamos a caminar por la orilla de la playa, yo con mi personalidad tan niña y tú tan bien puesto siempre.
Recuerdo haber compartido ese último día hasta que tuve que subir al bus que me llevaría al aeropuerto, me repetía el porque no coincidimos días antes y pensando que tú y yo no volveríamos hablar.
En ese momento fui una mujer emocionada, diferente pero tranquila, puesto que hace muchos años no vivía algo así, me transportaba hacia aquellos 18 años, claro sin nunca haber sentido lo que solamente tú me has hecho sentir hasta ahora…
Comentarios