Nuestros encuentros los titularé por días, y tranquilo que nunca saldrá tu nombre y menos publicaré tu foto, estoy acostumbrada a ser la aventura escondida de los hombres que llegan a mi vida, pero bueno, no son penas para tocar en esta historia.
…
Y así llegué a Cali, con un nuevo álbum de recuerdos y con muchas ganas de volver a escucharte, pero debía esperar a que fueras tú y dieras el primer paso: LLAMARME
Después de 3 o 4 días de espera eterna, porque como buena Aries, la paciencia no es mi mayor arma, recibí tu mensaje y a partir de allí, todos los días hablábamos antes de dormir, si lo recuerdo muy bien y eran todos los días tu mensaje en la mañana y en la noche una llamada para contarnos mil historias, que no recuerdo muchas, por no decir que todas.
Pasando los días, planeando nuestro siguiente encuentro, esa noche empecé arreglar maletas porque tenía mucha ilusión verte nuevamente, no me vas a creer cuantas veces fui al baño antes de salir del aeropuerto y como mis manos sudaban, junto con todo mi cuerpo.
Y allí estabas, dando vueltas porque no podías parquear, pero no importaba la rapidez en la que debíamos vernos y subir al auto, lo importante era que ya estaba allí y te tenía al frente para admirarte.
Empezamos a viajar, y en un momento parqueaste para poder saludarnos bien, en ese momento sentí como mi alma se calmaba y se llenaba de emociones, duramos tan poco abrazados, pero lo sentí tan largo en ese instante.
Fue un encuentro raro pero especial, no lográbamos conectar entre sábanas, pero si, fuera de ellas. Conocí los lugares que me hacía ilusión conocer alguna vez, aun así, siendo colombiana .
Fuiste mi guía, desayunábamos, almorzábamos y cenábamos lo que se nos antojara, tomábamos cerveza y hasta mareados quedábamos, pero no importaba, debíamos disfrutar los pocos días.
Esa noche,
caminamos en la oscuridad que caracterizaba el hotel, y al encontrar un espacio para contemplar la brisa y el reflejo de la luna en el lago, nos sentamos y los dos tan concentrados en escuchar, contemplar, admirar y …
Han pasado dos horas desde que escribí la primera parte y no logro seguir, mis ojos se llenan de lágrimas siempre que recuerdo, me llena de ira y desilusión, por que este lugar fue mágico para mi, pero para ti era un espacio donde ya habías vivido quizás algo más especial con la persona que aún amabas o quizás ahora sigues amando, no lo sabía en ese momento, aunque lo pregunté y no recibí respuesta, solo una sonrisa nerviosa. Y desde unos meses atrás, a partir del día que te hice saber que ya había visto esto, mi ilusión de la relación bonita y única, fue cambiando, bueno digamos que de mi parte todo lo que brindé fue nuevo y por eso fue especial, para mi. Pero para ti fue revivir los momentos con ella, allí.
Quizás yo no tenga la magia que ella tiene, no sea lo calmada y centrada que ella es, o lo bonita y lo que llenaba en ti al estar tú con ella, pero todos tenemos algo, por muy pequeño que sea, que nos hace especial.
Cuando cada relación empieza, debemos enfocarnos a que sea un libro con nuevas letras, nuevas imágenes y nuevos recuerdos. En cuanto a mi, no me permito repetir espacios importantes con las personas que lleguen a mi vida, porque es : no respetar aquellos recuerdos que se armaron con amor en el pasado.
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